AMADO SEAS, OH BUEN SEÑOR
“Vivimos ensimismados en el yo y el entorno inmediato, atrapados en la contingencia diaria, con sus ansias, inseguridades, complejos y miedos; nos cuesta mucho fijar la mirada más allá. Quizás sólo la poesía, la música, o el arte en general, sea un vehículo de trascendencia, de apertura hacia lo definitivamente real, hacia la belleza y el gran misterio que nos rodea. Una expresión suprema de ello es el Cántico al Hermano Sol de San Francisco de Asís.” Así comienza Andrés Opazo su entrega de esta semana, para relevar la trascendencia de nuestra vida y la suprema unión con la naturaleza, para enfatizar que el “Cántico” es el despertar de una espiritualidad cósmica, propia de los pueblos originarios, luego perdida para nosotros, pero hoy resurgente. Redescubrimos que no sólo somos parte de la naturaleza, sino que somos “uno” con ella. Y Rodrigo Silva apunta a la presencia de Jesús en nuestro corazón y la forma cómo debería cambiar radicalmente nuestra aproximación a los seres humanos...