REZAR CON ALEGRÍA Y ESPERANZA. Y TAMBIÉN CON RABIA


En tres días más se habrá acabado la espera. Concluye un tiempo precioso que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con Dios y la forma cómo nos impacta  en la vida. Jesús y su mensaje nos demanda la acción de nuestra vida. De amor, de entrega y de fidelidad. Por eso nuestro saludo y abrazo para cada uno de ustedes. Que ojalá este tiempo haya sido fructífero. Y el futuro mucho más.


En esta entrega, Andrés Opazo nos habla en primerísima persona acerca de su experiencia con los salmos. Como compositor del Conjunto  Los Perales, que ha reeditado su doble CD con salmos hace poco más de una semana. “Yo los canté, dice Andrés, cuando tenía alrededor de 20 años, en el contexto comunitario de la vida en el seminario. Quizás entonces no era capaz de admirar la profundidad religiosa y la belleza poética que hoy reconozco en ellos; me llegaba más la música de Gelineau. Pero ahora yo puedo captar mejor la poesía, el alma o el vuelo espiritual con que el salmista se dirige a Dios. Hoy disfruto de cantar los salmos apreciando al mismo tiempo, tanto su fondo espiritual como el estético. Siento que la belleza poética se me ofrece como un vehículo para elevarme hacia Dios.”

Por su parte, Rodrigo Silva comparte la experiencia de un grupo pastoral en que la oración y el acompañamiento son claves para quienes están enfermos y quienes les acompañan en ese tránsito doloroso que también puede concluir en una nueva vida.



CANTAR LOS SALMOS; APRENDER A REZAR

El Conjunto Los Perales hoy ofrece un disco en donde se cantan 24 salmos de la Biblia. Ha sido una empresa muy ambiciosa. Son oraciones compuestas hace alrededor de 2.500 años, en contextos históricos totalmente ajenos al nuestro. Pero transmiten actitudes religiosas que trascienden tiempos y lugares, e invitan a rezar y a vivir la propia existencia en presencia de Dios y bajo su amparo. No somos originales en esta empresa. El jesuita francés Joseph Gelineau la emprendió en la década de los cincuenta del siglo pasado. Era un experto conocedor y traductor de los salmos, algunos de los cuales él musicalizó. Su obra la conocimos en el seminario de los Sagrados Corazones de Los Perales, y allí fue traducida al castellano por un equipo encabezado por al padre Beltrán Villegas. El coro del seminario la vertió en discos grabados alrededor del año 1959.

Hoy volvemos a los salmos atentos a una pregunta previa: ¿Cómo rezarlos y cantarlos en nuestro aquí y ahora? No es nada fácil. Si uno abre la biblia, encuentra en ellos continuas alusiones a acontecimientos muy remotos del pueblo o del reino de Israel; nombres de lugares, de pueblos, de reyes o de dioses desconocidos; no sabemos de qué se trata; además, un lenguaje y expresiones religiosas ajenas a las nuestras. Es preciso, entonces, un esfuerzo de asimilación no literal del texto; dejar de lado las referencias a las contingencias históricas en que fueron redactados. Así se podría sintonizar con la experiencia religiosa original, aprender de ella y hacerla nuestra. Esto es lo que Los Perales pretendemos con esta grabación.

Se me preguntó qué significa para mí, en lo personal, cantar los salmos. Venciendo el natural pudor, me atrevo a dar una respuesta. Yo los canté cuando tenía alrededor de 20 años, en el contexto comunitario de la vida en el seminario. Quizás entonces no era capaz de admirar la profundidad religiosa y la belleza poética que hoy reconozco en ellos; me llegaba más la música de Gelineau. Pero ahora yo puedo captar mejor la poesía, el alma o el vuelo espiritual con que el salmista se dirige a Dios. Hoy disfruto de cantar los salmos apreciando al mismo tiempo, tanto su fondo espiritual como el estético. Siento que la belleza poética se me ofrece como un vehículo para elevarme hacia Dios.

Me llama la atención que, a través de la poesía, uno puede aproximarse a Dios en una doble disposición de alma. Por una parte, hay salmos que alaban la sabiduría de Dios manifestada en la naturaleza, en el firmamento… Nos despiertan al asombro, la admiración por todo lo creado. Conjuntamente, admiramos esa misma sabiduría trocada en ternura hacia sus criaturas, en particular sobre mí cuando lo canto, o sobre nosotros cuando lo alabamos en coro; ello nos mueve a expresiones de confianza en Dios y de agradecimiento.

Veo en los salmos oraciones que arrancan de circunstancias vividas, variadas y diversas: de situaciones de alegría, de dolor, de desconcierto, de duda, incluso de rabia. Desde nuestra propia realidad clamamos al Señor. “Levanto mis ojos hacia Ti” … “Desde el abismo clamo a Ti, Señor”. Para nosotros ese canto puede ser una invitación a hacer un alto en el tiempo, elevar la mirada, salir de la estrechez propia de la cotidianeidad, para expandirnos y liberarnos en un gesto de alabanza, acción de gracias o súplica. En los salmos, la oración brota desde lo hondo de un corazón humilde y necesitado. Pues desde uno satisfecho y ensimismado no brota ni el asombro ni la gratitud.

En muchos salmos encontramos sólo una alabanza por el orden, la perfección y la belleza del universo. Pero allí la estética va unida a la bondad: ese orden y esa belleza se la entiende como criatura de Dios para el disfrute del hombre. “Los cielos proclamen la gloria de Dios, y anuncie el firmamento la obra de sus manos … Lo ordenado por Dios alegra el corazón; sus consejos dan sabiduría a los sencillos”. (Salmo 19)

Otros salmos alaban las maravillas realizadas por Dios para con su pueblo, o bien como refugio de la persona ante el temor y la angustia. “Tú eres, oh Dios, nuestro refugio y fortaleza; Tú eres nuestra ayuda en el momento de la angustia” (Salmo 46)

Con mucha frecuencia, el salmo clama a Dios en situaciones de dolor, enfermedad o de duda. Al rezarlos, uno puede pedir por la ayuda de Dios frente a lo vivido en el ámbito personal o familiar; pero también la oración puede recoger el sufrimiento de otros, de enfermos en los que pensamos, o incluso en el pueblo entero. “Que atienda la súplica del pobre, que el desvalido encuentre protección”. (Salmo 72)

La actitud de súplica ante situaciones de injusticia padecida, pueden derivar en oraciones de franca protesta ante Dios. Encontramos reclamos que expresan la ira, como Job, frente al bienestar del injusto y la desventura del justo: “¿Tendrás a tu gente abandonada para siempre? ¿Por qué tanto dolor ha de soportar tu pueblo? (Salmo 74) O bien: “Levántate Señor mi Dios, no prevalezca el injusto que aspira a ser más que un simple hombre; que triunfe la verdad”. (Salmo 9)

Termino con un ejemplo. Es el salmo 72, compuesto hace siglos para celebrar la coronación de un nuevo rey en Israel. Lo podemos rezar hoy, en comunidad, para pedir por nuestro país, para que Dios inspire la justicia a los dirigentes de nuestro pueblo.

Concede, Señor, al gobernante
tu propia justicia y rectitud
que gobierne a tu pueblo con justicia
con equidad para los pobres.

Que dure tanto como el sol,
como la luna por generaciones,
que traigan los montes paz al pueblo
prosperidad las colinas

Que sea cual la lluvia y el roo
que riegan la tierra y sus praderas
que abunde la paz y la concordia,
la alegría a los humildes.

Que atienda la plica del pobre
que el desvalido encuentre protección,
se aleje la violencia de su vida,
y destierre al opresor.

Que no falte el trigo en el país
ni el agua en la cumbre de los montes
ni flores y frutas en el campo
bendición para los hombres.

Demos gracias a Dios nuestro Padre
a su Hijo, Cristo el Señor,
se derrame el Esritu de Amor,
ahora y por siempre.


Andrés Opazo


AGRADECER LO VIVIDO

Orar, acompañar y fortalecer. Para encontrar la paz en el Señor. Así se lee al pie de la Pastoral de Enfermos Padre Carlos Delaney c.s.c. Esa es la esencia del grupo constituido básicamente por mamás de diferentes niveles del Saint George´s College. Oración permanente para personas que están en momentos difíciles de enfermedad, así como también para sus familiares. Pleno acompañamiento espiritual. Una oportunidad de asistir y de vincularse emocionalmente con personas que piden ayude y sienten el cobijo y la fuerza de la oración y muchas veces, de la presencia física, de la compañía y el estímulo de los miembros del grupo.

Cada año en septiembre se realiza una Misa de Sanación. En ese marco hay imposición de manos y óleos. Es un encuentro de alegría y esperanza, en el que además se comparten algunos emocionantes testimonios que no hacen sino reafirmar la fe y la convicción que más allá de todos los recursos disponibles para el tratamiento de una enfermedad. La actitud y la disposición de quien la padece, la de su familia y personas muy  cercanas, juegan un rol determinante. Finalmente hay procesos que son irreversibles, para los cuales es fundamental encontrar un camino de paz y tranquilidad. Y eso solo es posible a través de la fe.

Adicionalmente, cada año se realizan dos encuentros de acompañamiento en jornadas del orden de tres horas, con normalidad efectuadas durante la mañana de un sábado, en el entorno privilegiado del Saint George´s College, en edificaciones de muy baja altura, con áreas de bosque, jardines y campos deportivos. De una naturaleza que invita a la reflexión y un encuentro íntimo con el Señor. Guiados por Guillermo Villaseca y Anita Respaldiza, ambos del Centro de Espiritualidad Santa María, han sido tiempos en el que los participantes abren su corazón, son escuchados, comprendidos y terminan fortalecidos. Hay una franqueza total. Un espacio de intimidad que queda celosamente guardado en el alma de cada uno de los asistentes. Son instancias para que quienes están en el centro del dolor y para quienes son sus soportes.

Con el paso del tiempo siento el privilegio de participar de este grupo de comunidad, que como otros tiene el valor de ser específico en sus objetivos y acciones. Nos nutrimos del Evangelio y de compartirlo. En cada reunión leemos y conversamos sobre el mensaje del Evangelio del próximo domingo, para darle un sentido de actualidad e incorporarlo a nuestro quehacer diario. Cómo nos aporta y de qué manera nos nutre en este Chile en el que  cada día los católicos disminuyen y se sienten más golpeados por la crisis de la iglesia. En este contexto, esta Pastoral es un refugio de reflexión y de acción. De gente que se quiere y quiere a los demás a través de la convicción en la oración y el acompañamiento.

En este tiempo de esperanza en que nos acercamos a Navidad reciban un especial saludo de la PASTORAL DE ENFERMOS PADRE CARLOS DELANEY c.s.c.

Agradezcamos lo vivido, aprendamos de nuestras penas y dolores y, sobre todo, preparemos nuestro corazón para recibir a Jesús y para que permanezca en nosotros y nos conduzca a ser mejores personas, humildes, servidores y solidarios.

Estos dos párrafos son el centro del saludo de este grupo que comparto con ustedes, con la misma esperanza. Esencialmente para agradecer lo vivido.

Rodrigo Silva


UN REGALO ESPECIAL

A la luz de lo que nos dice Andrés en su texto y reflexión:
Para nosotros ese canto puede ser una invitación a hacer un alto en el tiempo, elevar la mirada, salir de la estrechez propia de la cotidianeidad, para expandirnos y liberarnos en un gesto de alabanza, acción de gracias o súplica. En los salmos, la oración brota desde lo hondo de un corazón humilde y necesitado. Pues desde uno satisfecho y ensimismado no brota ni el asombro ni la gratitud.
Puede ser este momento el más adecuado para conocer esta oración cantada. 
Si piensas regalar o regalarte el disco de Salmos "Levanto los Ojos hacia Ti" del Conjunto Los Perales, te invitamos a contactar a Patricio Tari a través del whatsapp +56 9 9799 2727, o a su correo electrónico patriciotari@gmail.com.
También están a la venta en la Congregación de los Sagrados Corazones SSCC en Domingo Faustino Sarmiento 275 Ñuñoa. Santiago - Chile. Teléfono: +562 27838400
Abrazos y FELIZ NAVIDAD!!!

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